Final de Calvin y Hobbes 2

🐯 Una última charla con Hobbes: El adiós de Calvin

En los últimos minutos de su vida, Calvin tiene una última charla con Hobbes
(Créditos a /u/samuraitiger19 en Reddit)

El reencuentro

—¿Calvin? ¿Calvin, cariño?

En la oscuridad, Calvin escuchó la voz de Susie, su esposa desde hacía cincuenta y tres años. Luchó por abrir los ojos. Estaba tan cansado… le costaba un mundo.

Lentamente, la luz reemplazó la oscuridad. Pronto, la visión volvió. A los pies de su cama, estaba su esposa. Calvin se humedeció los labios secos y preguntó con voz ronca:

—¿Lo… lo encontraste?

—Sí, cariño —respondió Susie, sonriendo tristemente—. Estaba en el ático.

Susie metió la mano en su bolso y sacó un muñeco de tigre naranja, suave y viejo. Calvin rió. Había pasado tanto tiempo. Demasiado tiempo.

—Lo lavé para ti —dijo Susie, con la voz un poco quebrada, mientras colocaba el tigre junto a él.

—Gracias, Susie —dijo Calvin.

Pasaron unos momentos en silencio. Calvin yacía en su cama de hospital, mirando al viejo Hobbes con nostalgia.

—Cariño —dijo finalmente—. ¿Te importaría dejarme solo con Hobbes un rato? Me gustaría ponerme al día con él.

—De acuerdo —dijo Susie—. Voy a comer algo a la cafetería. Vuelvo enseguida.

Ella lo besó en la frente. Cuando se giró para irse, Calvin la atrajo hacia él con un gesto suave pero firme. Le dio un beso apasionado.

—Te amo —dijo.

—Y yo a ti —respondió Susie, saliendo de la habitación con lágrimas en los ojos.

Final de Calvin y Hobbes
Final de Calvin y Hobbes

El viejo amigo

Calvin giró la cabeza hacia su amigo de toda la vida.

—Hola, Hobbes. Ha pasado mucho tiempo, ¿verdad?

El tigre ya no era un peluche. Era el gran y peludo Hobbes de siempre.

—Así es, Calvin.

—Tú… no has cambiado nada —sonrió Calvin.

—Tú has cambiado mucho —respondió Hobbes, con una mezcla de tristeza y cariño.

—¿En serio? No me he dado cuenta —dijo Calvin, entre risas.

El tic-tac del reloj marcaba el silencio en la habitación.

—Así que… te casaste con Susie Derkins —dijo Hobbes, sonriendo—. Sabía que te gustaba.

—¡Cállate! —dijo Calvin, sonriendo más que nunca.

—Cuéntame todo —dijo Hobbes, emocionado—. ¡Quiero saberlo todo!

Calvin le contó. Sobre cómo se enamoraron en la secundaria. Cómo se casaron tras la universidad. Sus tres hijos. Sus cuatro nietos. El éxito de Spaceman Spiff como novela de ciencia ficción. Todo.

Después de un rato, Calvin hizo una pausa.

—Sabes… te visité en el ático muchas veces.

—Lo sé —respondió Hobbes.

—Pero no podía verte. Solo veía un muñeco. —La voz de Calvin se quebró, y las lágrimas brotaron—. ¡Lo siento! ¡Rompí mi promesa! ¡Prometí que no crecería!

Hobbes acarició su cabeza, lo poco que quedaba de ella.

—Pero no lo hiciste.

—¿Qué quieres decir?

—Siempre estuvimos juntos… en nuestros sueños.

—¿Lo estuvimos?

—Lo estuvimos.

—¿Hobbes?

—¿Sí, viejo amigo?

—Me alegra poder verte así… una última vez…

—A mí también, Calvin. A mí también.

El legado

—¿Cariño? —se escuchó la voz de Susie desde fuera.

—¿Sí, cariño? —respondió Calvin.

—¿Puedo entrar?

—Un momento…

Calvin miró a Hobbes por última vez.

—Adiós, Hobbes. Gracias… por todo.

—No, gracias a ti, Calvin.

—Puedes entrar ahora —dijo Calvin.

Susie entró acompañada por sus hijos y nietos. El más pequeño corrió emocionado y se lanzó a los brazos de su abuelo.

—¡Abuelo!

—¡Francis! —gritó su madre—. Sé amable con tu abuelo.

—Lo siento, papi —dijo su hija—. Francis siempre corre y se inventa historias.

Calvin se rió.

—Eso suena como yo a su edad.

Conversaron hasta que la enfermera anunció el fin del horario de visitas.

—Francis —llamó Calvin antes de que se fueran.

—¿Qué pasa, abuelo?

Calvin extendió la mano hacia el tigre de peluche.

—Este es Hobbes. Fue mi mejor amigo cuando tenía tu edad. Quiero que lo tengas tú ahora.

—¿Es solo un peluche? —preguntó Francis.

Calvin se rió.

—Déjame contarte un secreto…

Francis se acercó, curioso.

—Si lo atrapas con un sándwich de atún en una trampa para tigres… se volverá real. Y será tu mejor amigo para siempre.

—¡Guau! ¡Gracias, abuelo!

—¡Francis! ¡Nos vamos! —llamó su madre.

—¡Voy! —gritó él.

—Cuídalo bien —dijo Calvin.

—Lo haré —respondió Francis, corriendo tras los demás.

El adiós

Calvin se recostó y miró al techo. Sabía que el momento se acercaba. Sus párpados se hacían pesados.

Recordó una frase que había leído:
«La muerte es la siguiente gran aventura.»

Mientras se adentraba en su último sueño, escuchó a Hobbes, como si estuviera ahí:

—Lo cuidaré, Calvin…

Y Calvin dio su primer paso hacia una nueva aventura, con una sonrisa en el rostro.

Original:
Reddit /r/WritingPrompts

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